Suso, el primero y primitivo que fue habitado por San Millán, se encuentra en medio de una exuberante vegetación, en la ladera de una colina muy desgastada que tiene como telón de fondo la Cogolla llamada así por el perfil que ostenta parecido a un monje llevando cuculla (capa que usaban varias órdenes religiosas, que cubrían a la vez cuerpo y cabeza). En el fondo de la montaña están los dos niveles de cuevas habitadas por Millán y sus discípulos. A su alrededor se construye el actual edificio donde encontramos testimonios de la época morázabe, arcos de herradura, o románica: cenotafio de San Millán.
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